Se está oyendo y hablando todo tipo de argumentos. La marcha comienza a despertar las frustraciones individuales da cada ciudadano y ciudadana en esta situación que denominan crisis ( a lo largo de estos cinco años hemos constatado , mala gestión, corrupción o incluso estafa y robo, con agentes y víctimas. En ningún modo, existe una fuerza generadora inanimada, azarosa anónima de esta pandemia social: tienen rostros y nombres.)
Las situaciones sociales insostenibles, desahucios, pobreza extrema, desempleo, indefensión, represión….. Pueden hacer sentir que la marcha 22M es la respuesta y solución, y que 23 M amanecerá sol para todos y todas.
Puede sonar un tanto paradójico, pero si así se conformara, si la marcha se convirtiera en el maná de un pueblo desesperado, sólo habría un beneficiario de facto: el capital.
Un agente externo que aparece de la nada para salvar al ser humano o a los pueblos es una idea vieja, manida y gastada cuya sombra no oscurece el 22M.
La Naturaleza de la Marcha de la Dignidad es diametralmente opuesta a todo lo expuesto. No obstante, no excluye de sus parámetros objetivos sociales antes enumerados.
El 22M es el altavoz de la ciudadanía; de los estados que la componen. Este es el fundamento de la marcha; sin el pueblo el 22M será un fantasma una sombra, un mal sueño para quien dice gobernarnos.
La marcha denuncia la perversión del gobierno, del estado, la caducidad y podredumbre del sistema.
Las ciudadanas y ciudadanos marcharemos unidos , unificadas, sin siglas, sin deudas a partidos, entidades sociales u organizaciones, simplemente ciudadanos y ciudadanas. Sólidos y sólidas de saberse pilares sobre los que construir una sociedad, un hogar digno para todos y todas. Conocedores de que somos causa y consecuencias: Recogemos aquello que sembramos.
Las entidades organizadoras se limitan a funciones logísticas, no hay propaganda que manipule al pueblo. El SAT, Frente Cívico, Pah, Podemos, etc han sido lugares de encuentro de aquellos ciudadanos y ciudadanas cuyas inquietudes o circunstancias particulares despertaron en ellos y ellas la necesidad una nueva forma, de un punto de partida. Éste ha sido el papel fundamental de las entidades antes mencionadas ; abrir las puertas a nuevas propuestas para un sistema de igualdad real y crear este espacio para hacernos escuchar y tomar el papel fundamental que nos toca, asumir que somos quienes construiremos nuestra vida, nuestra sociedad .
La Marcha de la Dignidad es el espacio donde trabajar por una sociedad donde la persona es el eje, el inicio y el objetivo de un sistema nuevo, sano y humano.
22M se iniciará cuando el pueblo nos incorporemos y nos fusionemos como el motor, el único motor de la marcha.
La naturaleza de la marcha no es excluyente, marginadora, no pretende la imposición de personas sobre personas, sino de personas junto a personas.
El principio de respuesta social a las carencias y a la situación que causa sufrimiento entre las personas, que abandera la marcha de la dignidad no puede encontrar enemigo. Todo argumento o supuesto que oponga resistencia se opone a la humanidad y dignidad de los
pueblos.
La Marcha 22M es una marcha pacífica y no violenta que se dirige a Madrid a recordar que los pueblos se movilizan y avanzan con el combustible de la sangre de sus ciudadanos y ciudadanas.¡ No existen sistemas ajenos con intereses contrapuestos al beneficio de los pueblo! La legitimidad al sistema la otorga la soberanía de los pueblos.
La marcha por la dignidad, por tanto, es imparable, y no se detendrá ante cualquier fuerza que pretenda abortar nuestro objetivo.
Seremos una apisonadora que convertirá en cualquier obstáculo, cualquier piedra que entorpezca y enlentezca nuestra marcha.
Las situaciones sociales insostenibles, desahucios, pobreza extrema, desempleo, indefensión, represión….. Pueden hacer sentir que la marcha 22M es la respuesta y solución, y que 23 M amanecerá sol para todos y todas.
Puede sonar un tanto paradójico, pero si así se conformara, si la marcha se convirtiera en el maná de un pueblo desesperado, sólo habría un beneficiario de facto: el capital.
Un agente externo que aparece de la nada para salvar al ser humano o a los pueblos es una idea vieja, manida y gastada cuya sombra no oscurece el 22M.
La Naturaleza de la Marcha de la Dignidad es diametralmente opuesta a todo lo expuesto. No obstante, no excluye de sus parámetros objetivos sociales antes enumerados.
El 22M es el altavoz de la ciudadanía; de los estados que la componen. Este es el fundamento de la marcha; sin el pueblo el 22M será un fantasma una sombra, un mal sueño para quien dice gobernarnos.
La marcha denuncia la perversión del gobierno, del estado, la caducidad y podredumbre del sistema.
Las ciudadanas y ciudadanos marcharemos unidos , unificadas, sin siglas, sin deudas a partidos, entidades sociales u organizaciones, simplemente ciudadanos y ciudadanas. Sólidos y sólidas de saberse pilares sobre los que construir una sociedad, un hogar digno para todos y todas. Conocedores de que somos causa y consecuencias: Recogemos aquello que sembramos.
Las entidades organizadoras se limitan a funciones logísticas, no hay propaganda que manipule al pueblo. El SAT, Frente Cívico, Pah, Podemos, etc han sido lugares de encuentro de aquellos ciudadanos y ciudadanas cuyas inquietudes o circunstancias particulares despertaron en ellos y ellas la necesidad una nueva forma, de un punto de partida. Éste ha sido el papel fundamental de las entidades antes mencionadas ; abrir las puertas a nuevas propuestas para un sistema de igualdad real y crear este espacio para hacernos escuchar y tomar el papel fundamental que nos toca, asumir que somos quienes construiremos nuestra vida, nuestra sociedad .
La Marcha de la Dignidad es el espacio donde trabajar por una sociedad donde la persona es el eje, el inicio y el objetivo de un sistema nuevo, sano y humano.
22M se iniciará cuando el pueblo nos incorporemos y nos fusionemos como el motor, el único motor de la marcha.
La naturaleza de la marcha no es excluyente, marginadora, no pretende la imposición de personas sobre personas, sino de personas junto a personas.
El principio de respuesta social a las carencias y a la situación que causa sufrimiento entre las personas, que abandera la marcha de la dignidad no puede encontrar enemigo. Todo argumento o supuesto que oponga resistencia se opone a la humanidad y dignidad de los
pueblos.
La Marcha 22M es una marcha pacífica y no violenta que se dirige a Madrid a recordar que los pueblos se movilizan y avanzan con el combustible de la sangre de sus ciudadanos y ciudadanas.¡ No existen sistemas ajenos con intereses contrapuestos al beneficio de los pueblo! La legitimidad al sistema la otorga la soberanía de los pueblos.
La marcha por la dignidad, por tanto, es imparable, y no se detendrá ante cualquier fuerza que pretenda abortar nuestro objetivo.
Seremos una apisonadora que convertirá en cualquier obstáculo, cualquier piedra que entorpezca y enlentezca nuestra marcha.
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